El estilo gótico se basa en prendas oscuras (sobre todo en negro), mezclando cuero, encajes, terciopelo y detalles como tachuelas o encorsetados. Suele inspirarse en la estética victoriana, romántica o incluso medieval, generando una imagen misteriosa y dramática.

La moda gótica victoriana fusiona la elegancia y los cortes decimonónicos (corsés, faldas largas con vuelo, camisas de encaje) con la paleta oscura y los accesorios propios del gótico. El resultado es un look sofisticado y teatral, realzando la silueta y la atmósfera sombría.

El negro simboliza lo oculto, lo profundo y a veces la rebeldía frente a la cultura dominante. Además, realza los detalles de la ropa (encajes, texturas), dando un sentido de identidad colectiva, individualidad y estética unificada.

Entre los subestilos destacan: el goth clásico (post-punk y new wave), el goth victoriano (prendas inspiradas en el siglo XIX), el industrial o cybergoth (mezcla de futurismo y música electrónica), el romantigoth (elementos románticos y barrocos) y el pastel goth (fusión con colores claros y tiernos).